Sólo queda el que gana

La «suerte» fue otra vez esquiva.

Muchas cosas se dijeron desde los medios de comunicación y todos tuvieron su chance de hablar; desde los grandes periodistas, comunicadores de relevancia hasta maestras de escuelas y niños dieron su parecer. Ahora me toca a mí.

Creo fervientemente que los que critican a Messi no son fracasados sólo por criticarlo. Si al estar escribiendo esto, alguien me pregunta «¿Cuántas finales jugué jugaste vos?», es un desvío del eje de la discusión.

Si ese va a ser el parámetro para hablar de la selección, sólo podrán mantener esas conversaciones ex-futbolistas del seleccionado nacional que hayan jugado finales del mundo: Los subcampeones del 30, 90 y 2014 y los campeones del 78 y 86 (o sea, menos de 100 tipos).

Obviamente quedan excluídos todos los periodistas, comunicadores y conductores que tienen minutos, horas y días enteros de aire en la TV.

Si cuando leas esto me vas a decir: «Estás criticando sentado en tu casa: sos un fracasado.» deberemos replantear qué es el éxito.

¿Tener plata significa que sea exitoso? ¿Tener poder? ¿Ser famoso?

Acaso, ¿Un médico es mejor que un barrendero? Es probable que la obtención de un diploma universitario sea meritorio, pero la realidad marca que la mayoría de los barrenderos cobra más que la mayoría de los médicos. ¿Eso hace mejor a uno que a otro?¿Es necesario tomar partido? ¿Sos de los barrenderos o del bando de los médicos?

Dejemos de decir boludeces.

En definitiva, hay cosas que se pueden medir y otras que resultan imposibles de mensurar. Hay cuestiones que gustan y otras que desagradan. Hay veces que se gana y otras que se pierde.

El ser humano se impone metas y competencias. Por ende busca cumplirlas y que haya un ganador y un derrotado. Como toda competencia, se juega el honor, aunque también en este mundo capitalista hay dinero, que siempre mete la cola.

El fútbol es para jugar, competir y ganar. Si. Es para GANAR. Desde el comienzo de los clubes de barrio, se hicieron para armar desafíos, para ganarlos. Para jugar por la coca, la cancha o una vaquita realizada.

El éxito deportivo se mide por partidos y copas ganadas. Uno goza la paternidad contra Boca, porque ganamos mucho más de lo que perdimos contra ellos. ¿Eso nos hace fracasados?

Si queremos competir sin sentir la necesidad de ganar, no es una competencia, es una clínica, una demostración. Si vos estás en una competencia, y perdés, puede ser porque jugaste mal o porque alguien simplemente jugó mejor que vos.

Si nos acostumbramos a la obsecuencia, eso nos hace retrasar en la evolución. Los errores, críticas y devoluciones, nos ayudan a tratar de mejorar. El primer paso para curarse es reconocerse enfermo. Si uno dice que está todo bien, y hay que seguir como veníamos, estaremos siempre estancados en lo mismo.

Yo soy un hincha. En San Lorenzo, soy socio, puedo participar utilizando mis derechos y cumpliendo mis obligaciones. En la selección se mira de afuera, no hay voz, no hay voto. Y la realidad es que sólo hay ganadores y perdedores.

Por más palmares individuales y de afuera que se pueda tener, si no ganás CON la selección, NO QUEDÁS EN LA HISTORIA. ¿Vos pensás que en 30 años le van a entregar una plaqueta a los bisubcampeones de las dos últimas Copa América?

El cariño grande se logra con victorias, logros y triunfos. El resto es sólo estadística.

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