Maradona es San Lorenzo

La cercanía de Diego con la azulgrana

Diego Armando Maradona representa, para mi generación y la que me antecede, un poco la relación que cada uno de nosotros tiene con San Lorenzo.

El fanatismo no guarda mucha relación con la razón o la lógica. Y ese tipo de relación es la que nos une a nuestros clubes. Quizás haya posibilidades de explicar el comienzo del fanatismo; un pariente, un amigo que te lleva a la cancha o simplemente simpatía por los colores.

Pero el camino que cada uno recorre es único, inentendible y que lo acompaña en cada momento de su vida. Por ello, es que muchos recuerdos están atados a hitos deportivos: mundiales, campeonatos obtenidos, hasta los viajes que uno haya hecho para acompañar a su club.

Pero si se lo piensa detenidamente, uno le pide todo a su club: Ganar, golear, gustar, campeonar cada año, humillar al rival, lograr superávit económico, y todo aquello en lo que cada uno puede llegar a forjar una opinión. Pero lo desigual de esta relación, igual que con Diego, es que uno no da nada a cambio.

Al menos lo siento así; el aliento está, igual que acompañar a todos lados muchas veces en contra de nuestros compromisos y bolsillos, pero ¿qué le damos realmente a nuestras pasiones?

Depositamos todas nuestras necesidades y carencias en otras personas, con tantas o más carencias que las nuestras. Puteamos, opinamos, nos enojamos y amamos con desesperación.

Muchas veces hasta logramos salir de la chatura de nuestras vidas con los logros de terceros. Y así es como transcurre nuestras vidas. Surfeando nuestras frustraciones entre victorias de otros, y aún así nos creemos con la capacidad de enojarnos, putear o estar gravemente en desacuerdo con ellos, que son los protagonistas.

Quizás uno debiera empezar a ser más agradecido (sin perder la objetividad o caer en la obsecuencia) en lo que nos dan nuestras pasiones. Por eso sólo debo agradecer a Maradona por las satisfacciones que me dio como hincha del fútbol y a San Lorenzo por las grandes veladas que viví con mi viejo, ya sea con en la platea Norte del Bidegaín como viajando siguiendo los colores.

Gracias, por al menos una vez, GRACIAS.

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