Acordate cómo estaba San Lorenzo

“Mientras arriba se borran, abajo se la bancan

El Ciclón alcanzó las semifinales de la Copa de la Liga con algo de suerte, sí. Pero también con trabajo, convicción y una idea que fue creciendo en medio del caos. Este equipo, corto en nombres y largo en actitud, encontró una motivación inesperada: tener a la dirigencia como enemigo común.

Porque mientras el fútbol mostró signos de vida, el resto del club sigue internado. La economía es una caja negra: hay dudas sobre si los jugadores van a cobrar sus sueldos completos, y las inhibiciones ya son parte del fixture. El plantel espera definiciones. No porque falte compromiso, sino porque sobran promesas vacías. En ese mar de dudas se metió BJ y nos robó a Russo, quien fuera maltratado en todo momento por la dirigencia.

En lo dirigencial, la licencia de Moretti terminó de confirmar lo que ya se sabía: no hay conducción real. Asumió Lopardo por descarte, sin liderazgo ni rumbo. La oposición reclama elecciones, pero nadie dice si están previstas para este siglo. Y mientras tanto, el club flota.

Así, San Lorenzo cierra el semestre con una certeza: había equipo. Y muchas preguntas: ¿habrá dirigentes? ¿habrá plata? ¿quedará alguien en pie? Lo de siempre: el club resiste, empujado desde adentro hacia afuera. Primero con fútbol. Ojalá esta vez lo acompañen.

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