No hay duda que la gente de San Lorenzo es fiel. Ha seguido al equipo en todos los estadios en los que ha jugado. Esforzándose económica y físicamente en viajes extenuantes, dejando su casa, su familia, su descanso a muchos kilómetros de distancia.
Uno lo hace porque ama al club. Porque lo siente propio y parte de uno. Por eso nos fanatizamos y luego así caemos tan abajo en las depresiones.
El viaje de vuelta del partido del último Sábado fue muy duro… muchos kilómetros, muchos pensamientos y casi ninguna palabra. Toda la procesión iba por adentro.
Una vez (tratando de estar) más frío, ya siendo Domingo empiezo a leer que hay que hacer “banderazos” para “bancar” a los jugadores, para que se sientan acompañados y tengan fuerzas para seguir adelante. Me parece que ellos han recibido todo y más de lo que cualquiera pueda (y quiere) dar. Y ellos son los que dan mucho menos de lo que nosotros esperamos.
¿Qué esperamos de ellos? No que ganan todos los partidos, sino que sientan un poco la camiseta, que se entreguen, que se esfuercen. Un claro ejemplo de eso es Bufarini.
¿Qué hacen ellos? Se los ve cansados e inconexos dentro de la cancha, sin ganas de correr. El ejemplo más claro (sin caer personalmente en él, ya que hay MUCHOS nombres que se pueden sumar a la lista) es Bazán. Pierde la pelota y vuelve trotando. En esa misma jugada vino el gol de Unión. Otro ejemplo (casi al azar) es lo que tardó Bueno en salir de la cancha cuando lo sustituyeron en el Segundo Tiempo. Todo para demostrar su molestia por el cambio.
Cuando la gente se pregunta (o “le pregunta” a Caruso) por qué lo sacó a Gigliotti (goleador del equipo) para ponerlo al “Bufalo” Martinez. Yo les pregunto, qué había hecho el “animal” dentro de la cancha. Y sin posibilidad a equivocarme la ecuación da un resultado de 0. Por otro lado tengo la obligación de tratar de buscar una explicación (y no la logro encontrar) para que Caruso haya tomado la decisión de poner a un jugador que en la Copa Argentina (contra Barracas Central) jugó a nada y erró un penal para un partido considerado una FINAL. Acaso es más que Romero (otro que está en su piso más bajo historicamente hablando)?
Para no seguir enroscándome y devorándome a mí mismo les dejo el análisis de los números del campeonato, el descenso y la promoción. No se atraganten…
Equipos que ya se salvaron de absolutamente todo: Argentinos, Belgrano, Boca, Colón, Estudiantes, Independiente, Lanús Newell´s y Vélez.
Equipos que ya se salvaron del descenso directo: All Boys, Arsenal (tiene un partido menos. Si lo gana, se salvo de todo) y Godoy Cruz.
Equipos que ya San Lorenzo NO puede alcanzar: los que se salvaron de todo más los que se salvaron del descenso directo.
Datos de interés: San Lorenzo depende de sí mismo para salvarse del descenso directo. No así para determinar si jugará, o no, una promoción.
La diferencia de puntos con los que dividen igual: Tigre (a 1pts.), Banfield (a 5pts.), Racing (a 8pts.).
Olimpo todavía no descendió. Se puede definir en la próxima fecha (por resultados propios y de terceros).
San Lorenzo la fecha que viene no puede salir de todo. Ya que necesita que Rafaela y Tigre no ganen. El problema es que juegan entre ellos. En mi opinión es más importante que pierda Rafaela a que lo haga Tigre, ya que esos puntos perdidos repercuten más en su promedio (al dividir por menos partidos). El empate entre ellos, no sería un mal resultado. Adicionalmente, San Martín SJ (local vs. Olimpo) no debería ganar para que no se escape.
Descenso Directo:
Escenario 1.0: Que SMSJ no gane. Ellos quedarían por una semana más en lo más bajo de la table de descensos. El resto de los partidos no definen nada.
Escenario 2.1: Que SMSJ gane y que Rafaela le gane a Tigre: San Lorenzo empatando igualaría a Tigre y se debería jugar un partido para ver quién desciende directo y quién juega la promoción. Ganando jugaría la promoción
Escenario 2.2: Que SMSJ gane y que Tigre le gane a Rafaela: San Lorenzo empatando queda en promoción.
Escenario 2.3: Que SMSJ gane y que Rafaela y Tigre empaten: San Lorenzo ganando se queda en la promoción.