La gestión del presidente licenciado se volvió muy difusa en poco tiempo de gestión. De promesas firmes a revanchismo vacío, ¿el ciclo de Marcelo Moretti en San Lorenzo está terminado?
Marcelo Moretti llegó al sillón azulgrana con el traje bien planchado, hablando poco en los medios y mucho en las redes (tratando de editar errores y cuidar sus formas). Prometió orden, transparencia, refundación. Hoy, a menos de año y medio, su imagen está muy golpeada, casi dejándolo irreconocible.
Lo que alguna vez fue un proyecto con promesas ahora se ve como una mezcla confusa de parches mal coordinados. El club vive desajustes financieros y políticos que hacen imposible encontrarle un perfil nítido a la gestión. Cada decisión parece un retazo improvisado, como si se guiara más por lo que queda a mano que por un plan sólido.
La imagen es un espejo incómodo de cómo se percibe su gobierno en el Bidegain. En vez de un San Lorenzo cohesionado, tenemos un rompecabezas donde cada pieza apunta para otro lado.
¿Podrá enderezar la imagen antes de que se despeguen los últimos aliados politicos?