Mientras San Lorenzo no se luce en cancha, el presidente Moretti suma una nueva mancha a su historial: el rumor cada vez más fuerte de un supuesto cobro de coima que nadie en el club se digna a desmentir.
San Lorenzo está en ruinas. Deportiva, institucional y moralmente. Y por si faltaba algo, en los últimos días empezó a circular con fuerza un rumor que, de confirmarse, sería el escándalo más grande desde la era Tinelli: Miguel Ángel Moretti habría cobrado una coima en el marco de una negociación del club.
¿Pruebas? Las mismas que se exigían cuando los opositores hablaban de “manejos turbios” durante la pandemia. ¿Desmentidas? Una tibia y dubitativa nota en TyC Sports. El club, que siempre tiene tiempo para postear cumpleaños y efemérides irrelevantes, no encontró un solo minuto para negar semejante acusación. El silencio, en este caso, suena más fuerte que cualquier comunicado.
Moretti, que llegó al poder prometiendo transparencia, gestión y amor por los colores, parece haberse enamorado más del sillón presidencial que de la camiseta. Mientras los socios hacen malabares para pagar la cuota y bancar al club, el presidente –dicen– se habría beneficiado personalmente. ¿Y la Comisión Directiva? Bien, gracias. Todos mirando para otro lado como si esto fuera normal.
Si hay algo peor que la corrupción, es la impunidad. Y en San Lorenzo, la impunidad tiene palco preferencial.