Con la cancha en su plenitud nos dispusimos a ver otro inicio de torneo. Un torneo diferente, con otros matices internos y externos.
Los matices externos, con algunos cambios de campeonato (dos campeones semestrales y un “supercampeón” anual) y con tres descensos directos por promedios. Donde los rivales directos dividen igual que San Lorenzo y se deberá buscar sacar más de 55 puntos (de mínima) en al año futbolístico para “empezar a hablar”.
Los matices internos, con una nueva aparción en los medios nacionales del asambleista Rubén Darío Pombo, quien presionó a una Comisión Directiva que casi renunció en su totalidad (cabe aclarar que el vicepresidente Aldrey NUNCA dejó su cargo), reemplazada por otra ad-hoc puesta a dedo (respetando el estatuto) por la Asamblea. Con elecciones en 30 días (plazo reñido con el estatuto), donde la oposición se diliyó y está tratando de reacomodarse, con el miedo que la agrupación de Marcelo Tinelli obtenga más del 75% de los votos y que ocupe casi toda la Comisión Directiva con nombres propios.
Las incorporaciones, al principio (y por toda la movida política), parecían no iniciarse nunca. Y luego, con los vientos de cheques que puedan ser cobrados en el plazo estipulado, los nombres empezaron a aparecer. Nombres propios que generan esperanzas, algunos con buenas reputaciones y otros con grandes espectativas.
En la cancha se vio un mix de situaciones. Momentos de buen fútbol y mucha garra (la mayoría del primer tiempo) y momentos donde el rival se empezaba a agrandar y mediante centros cada vez la valla parecía más dificil de sostener invicta (recordando lo acontecido en el último año).
Ahora los “players”: El arquero de poca presencia en el primer tiempo y de algunas inconsistencias en el segundo (donde jugó con una molestia en una de sus piernas) jugó aceptablemente. Una línea de defensores donde se los vio “bastante” sólida (aunque faltó algún titular, Kanneman por Palomino). Dejó una buena imágen de Prósperi sobre todo en el momento donde más lo “apuraron” a San Lorenzo, en el segundo tiempo.
La delantera la sentí picante y con mucha movilidad. Las apariciones de Jara (con los pro de su juego con la pelota dominada y los contras de la cantidad de veces que quedó en Offside). Estraqualirsi se lo vió bajando pelotas de pecho y con llegada al arco rival.
En cambio al medio campo casi ni se lo vió. Somos Romagnoli dependientes. Y eso quedó reflejado luego que haya sido reemplazado. A partir de ese momento los sanjuaninos empezaron a llegar con centros y terminaron logrando descontar en el marcador (gracias a Dios) apenas unos minutos antes del fin del partido. Volviendo al mediocampo, se lo vio con poca marca, creo que Mercier tiene que crecer bastante en juego y marca. Aguiar demostró sólo “algo” y Bufarini que nunca se cansa de correr. Por suerte, ahora, el tiempo está de nuestro lado. Hay que darle entrenamientos y minutos en cancha juntos para que se acoplen y empiecen a rendir frutos.
Se dio un primer paso que se necesitaba dar. Ganar de local (con el rival que tocó) era obligatorio. La proyección de puntos que se necesita hace que se deba ser protagonista de ambos torneos. Ahora es necesario mantener el rumbo en lo deportivo y despegar en lo dirigencial e institucional.
Párrafo aparte para el movimiento que se vio en las sedes la semana pasada. Se escuchó la cifra de mil nuevos socios, donde si se confirma es la manera de resurgir, desde la gente, los socios. Donde el club necesita la participación del que lo veía (hasta ahora) de afuera. Desde aquel que “junta el mango” para hacerse socio, o el que puede comprar un abono para seguir al equipo de local o visitante o el que quiere participar en politíca con la convicción que las cosas pueden cambiar y mejorar.