Que chicos que están los grandes y qué grandes están los chicos

Si un jugador llega al club por USD700.000 por un año, significa que estará ganando por partido (de no resultar absurdamente expulsado) un estimado $79.000 por match jugado. ¿Cuánta gente que va a la cancha a ver a San Lorenzo puede decir que cobra/gana más de $250.000 por mes? Bueno, esas son las cifras que maneja Emmanuel Gigliotti en la actualidad.

Un jugador, que cabe decirlo, empezó bastante derecho en San Lorenzo. Pero apenas pasaron algunas fechas (luego de su “gran” actuación en la selección nacional) dejó de participar en el juego de San Lorenzo, dejó de correr la pelota, cuando la tiene no levanta la vista del piso y siempre trata de hacer una de más. Se compró un traje de exquisito que le queda 4 talles más chico.

Para aquellos que piensan que los préstamos en el fútbol argentino no sirven de nada y es sólo tirar el dinero de los clubes, acá presentamos un buen contra-ejemplo. Incorporación, contrato por 3 años, valor del pase: USD2.500.000 para el club de origen + USD500.000 por año (3 años) para el jugador. Rendimiento del jugador: pobre. Estado físico del jugador: pobre. Nombre del jugador: Néstor Ortigoza.

No vale la pena hablar de otros (ex) jugadores como Romagnoli, u los que ya ni están siendo tenidos en cuenta para la práctica del deporte como: Carmona, Ferrari, San Román, Menseguez, Tellechea.

Es una institución quebrada económica, dirigencial y deportivamente, tener estos “activos” (sólo contablemente hablando) en desuso, sobrevaluados y además pagando sus (altos) sueldos es inexplicable.

Si los “grandes” hacen y son esto, ¿qué se puede pretender de los pibes del club?. Por ejemplo de Martínez, Gutiérrez, González, Palomino, Bazán. Se pretende que jueguen, que sientan la camiseta, los colores, que tengan ganas de correr, de poner huevos. Quizás sin mucho fútbol, pero que le trasmitan a la gente que se tienen ganas de jugar y ganar los partidos. Y eso es lo que ocurre, sin dudas el rendimiento de los “pibes” ha sido mucho más satisfactorio que el de las incorporaciones.

Sobre los últimos partidos, parece que los jugadores quieren (y hacen) todo lo posible para complicar la situación de San Lorenzo. No es una novedad que nos cuesta convertir goles, pero ¿cómo es posible que en el partido que a los 3 minutos del primer tiempo ya estábamos arriba en el marcador el delantero se hace expulsar por darse manotazos con un rival? El mismo caso resulta del partido del último Sábado. San Lorenzo logró desplegar juego (casi podemos decir que fue el mejor primer tiempo de local de lo que va del campeonato) y el delantero primero se hace sacar la tarjeta amarilla de la misma manera que su compañero en Bahía y luego con una plancha (que de por sí hubiera podido ameritar la tarjeta roja por sí sola). Esa es la falta de compromiso que se reclama a los jugadores.

Por otro lado, están los “pibes del club”, que se tienen que hacer cargo y responsables de la falta de sus compañeros y de la poca variedad que hay en el banco de suplentes. Y lo hacen, cumpliendo y dando una señal que hay una luz al fin de este pozo tan profundo en el cual estamos.

Por último, copio el último párrafo de la última editorial que realizamos. Todavía está vigente, espero que nos despeguemos de este presente lo antes posible. QUE ASÍ SEA.

“Obviamente las similitudes con lo que pasó con River son muchas. Lo único que puedo ver de positivo es que River se cayó luego de empatar con nosotros (¿gol? de Ferrari) y tocó fondo junto con el descenso. Nosotros estamos tocando fondo ahora, con tiempo suficiente para el timonazo. Que obviamente alguien tiene que dar. QUE ASÍ SEA.”

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