Si no se sufre, no vale

Encaminados detras de el

 

San Lorenzo jugó los 16avos de la Copa Argentina contra Platense, no fue un buen partido por parte del Ciclón que empató 0-0 en los 90’, pero ganó 4-3 en los penales con una grandísima actuación de Batalla.

En el primer tiempo el equipo de Boedo tuvo las oportunidades más claras, llegó varias veces de la mano de Giay, Leguizamon y Maroni aunque ninguna pudo ser concretada de buena manera. San Lorenzo estuvo mejor que Platense en estos primeros 45’, supo neutralizarlo de muy buena manera para que no pueda jugar de manera cómoda y no genere tanto peligro. Fue un primer tiempo de 6 puntos para el Ciclón.
Ya en el segundo tiempo el equipo cayó rotundamente y terminó jugando bastante mal, no por méritos del rival sino que por el cansancio propio de todos los jugadores que llegaban tarde, estaban imprecisos, les costaba la vuelta y no pudo ni supo generar el poco peligro que si había logrado en el primer tiempo. En estos 45 minutos el Calamar si fue más que el Ciclón, pudo generar más peligro, tuvo más chances y oportunidades. San Lorenzo había cambiado la cara en relación a lo que había dejado en el primer tiempo, como dije anteriormente, por el gran cansancio y desgaste que tienen los jugadores.

En los 90’ el partido terminó 0-0, chances para los dos pero ninguno pudo concretarlas de buena manera. Llegaron los penales, en los que hubo polémica por el mal estado del campo de juego en el que Luján, el segundo pateador del equipo, tiró la pelota afuera porque cuando le pegó a la pelota levantó más de la mitad de la tierra del terreno, por ende los penales se terminaron pateando del otro lado (arco contrario a la gente cuerva). Después de que Batalla atajó dos penales e hiciera un juego psicológico con todo Platense, el mismo tenía el pase a la final en sus pies, luego de esas dos atajadas pateó, de manera espectacular, el último penal de manera brillante para terminar dándole el pase a octavos al equipo de Insúa. Anoche pareció que Ortigoza y Torrico reencarnaron en el cuerpo de Don Augusto.

Fue un partido flojo por parte del Ciclón, se notó mucho el cansancio y que los jugadores no podían más, tal es así que solo les dio la nafta para jugar un tiempo. Todo esto sumado al poco recambio con el que cuenta Insúa, fue un San Lorenzo sin goles y sin muchas ideas pero con muchas ganas, mucho amor propio y con muchísimo hambre de gloria, los jugadores dejaron hasta la última gota de sudor en la cancha (como nos tienen acostumbrados) para poder traerse la victoria a Boedo.

Párrafo aparte, otra vez, para la mejor hinchada del país que habiendo clasificado a los octavos de final, en medio de toda la euforia y de todos los aplausos al equipo, no se olvidó de los vaciadores y delincuentes de los dirigentes. Dejando bien en claro como son los roles en esta historia.
La cuestión es que San Lorenzo ganó, sigue en carrera y dando pelea en todos los frentes.

Esto es San Lorenzo, el de los milagros y los sufrimientos.

San Lorenzo: Batalla; Perez, Campi, Hernández; Giay, Elías, Maroni, Braida; Leguizamon, Blandi, Barrios.

DT: Rubén Darío Insúa.

Platense: Macagno; Morgantini, Jacquet, Vázquez, Suso, Marcich; Rossi, Cacciabube, Castro; Taborda, Martínez

DT: Martín Palermo.

Cambios: 45’ Perea x Leguizamon, 64’ Martegani x Barrios, 72’ Irala x Maroni, 91’ Giay x Luján

Amarillas: Leguizamon, Bareiro, Maroni, Martegani

Cancha: La Fortaleza, Lanús

Árbitro: Yael Falcon Peréz.

Por Lorenzo G. Driau Simari @ldriausimari 

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