Que el árbol no tape el bosque

 

San Lorenzo disputó la quinta fecha de la Copa de la Liga Profesional, enfrentando a Estudiantes en condición de local. El equipo volvió a empatar tras mostrar una actuación decepcionante en el primer tiempo, aunque logró ajustar en la segunda mitad para alcanzar la igualdad 1-1 al final del encuentro. De esta manera el equipo solo cosechó 3 puntos sobre 15 posibles.

El conjunto dirigido por Rubén Darío Insúa tuvo un primer tiempo para el olvido, comenzando con una desventaja a los 12 minutos debido a una distracción en la defensa y el mediocampo. Si bien es cierto que Tello podría haber evitado el gol con una mejor intervención, la responsabilidad recae en la falta de concentración de los jugadores. Estudiantes tuvo oportunidades claras, incluyendo un gol en posición adelantada, mientras que San Lorenzo no logró generar peligro en el arco rival (directamente no pateó al arco) y su planteamiento no fué efectivo, otra vez..

Posteriormente, en el entretiempo Insúa optó por reemplazar a Tobias Medina, quien estaba destacándose en el campo al ser capaz de sacarse un rival de encima y habilitar a sus compañeros, cambios que no se entienden. Sin embargo, su sustituto, el nuevo refuerzo Diego Herazo, ingresó al juego sin haber tenido tiempo de adaptación con el equipo. Esta decisión generó interrogantes sobre por qué algunos jugadores habituales no reciben oportunidades mientras que recién llegados como Herazo son convocados sin integración previa con el plantel.

El cambio fue efectivo por casualidad y no por causalidad, permitiendo a San Lorenzo empatar con un cabezazo de Bareiro, la falta de un plan claro persiste, reflejando una dependencia excesiva en un jugador para marcar goles. A pesar del impulso de la hinchada y la gente, cuya paciencia se agota gradualmente, el equipo sigue mostrando debilidades en su estrategia, pero poco a poco fue levantado con más actitud que otra cosa.

Tras el gol, San Lorenzo mejoró en todos los aspectos y dominó a Estudiantes, teniendo la oportunidad de asegurar la victoria. Sin embargo, la decisión del técnico de reforzar el mediocampo en lugar de buscar la victoria con un cambio ofensivo sugiere conformismo con el empate, desaprovechando la posibilidad de salir a ganar el partido. A todo esto sumemosle que el equipo no tuvo la suerte correspondiente que hay que tener en el fútbol, ya que dos pelotas pegaron en los palos y tuvo muchas jugadas de peligro.

El partido de ayer reflejó una vez más la tendencia del técnico a conformarse con empates en situaciones donde podría aspirar a la victoria. La capacidad ofensiva del equipo se evidenció cuando buscaba atacar, planteando la pregunta sobre la insistencia en una formación defensiva como la línea de 5. Es necesario replantear la estrategia y el esquema de juego para adaptarse a las circunstancias actuales del equipo y de los jugadores para obtener mejores resultados. San Lorenzo no tiene un equipo malo, tiene más que el año pasado, más plantel y más recambio. A esas situaciones hay que adaptarse y no perjudicar al club por caprichos propios.

El próximo partido, que se disputará el sábado en condición de local, es otra oportunidad para el equipo de revertir esta situación y obtener una victoria que pueda revitalizar su temporada. Para esto, hay muchas cosas que modificar y que la suerte vuelva a estar de nuestro lado alguna vez.

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