San Lorenzo consiguió su primer triunfo del campeonato al vencer 2-0 a Tigre, un equipo que no representaba un gran desafío dadas sus actuaciones previas en el torneo. Sin embargo, el Ciclón logró lo que necesitaba: ganar. De esta manera se posicionó 8 de 14 y sigue en carrera (desde atrás) para la clasificación a la siguiente fase.
El partido mostró aspectos positivos y otros no tan favorables. Por un lado, se destacó el ímpetu de los jugadores para conseguir la victoria previa al clásico. El planteamiento táctico fue favorable y se vieron buenos rendimientos individuales. Sin embargo, surge la duda sobre la estrategia de no arriesgar cuando el rival quedó con dos jugadores menos y se mantuvo la línea de cinco defensores. Ser tan conservador con una ventaja de 1-0 podría haber sido cuestionable, pero afortunadamente San Lorenzo logró el segundo gol. De haber terminado 1-0, con dos jugadores más y manteniendo la misma táctica defensiva, podría no haber sido el mejor escenario, ya que habría sido una victoria, pero quizás no de la manera más convincente.
A pesar de esto, San Lorenzo fue claramente dominador durante todo el encuentro, generando peligro en el arco rival y contando con Altamirano para mantener su valla invicta cuando Tigre intentó atacar.
Los goles fueron anotados por Adam Bareiro, quien convirtió de cabeza tras una excelente jugada de Barrios que echó un centro preciso, y por Herazo, luego de un buen centro de Giay. Los dos delanteros marcaron y contribuyeron al triunfo del equipo.
Lo más importante de este partido fue la progresiva consolidación de los jugadores y la aparente consolidación del esquema táctico por parte de Insúa. El equipo parece haber encontrado una formación que se adapta bien a su estilo de juego, alternando entre una línea de cinco defensores y otra de tres para permitir que los carrileros puedan desempeñarse más como volantes que como defensores. Además, la victoria les otorga mayor confianza de cara al próximo clásico contra Huracán, especialmente al poder lograrla frente a su propia gente. Es innegable que lo psicológico juega un papel importante en estas situaciones previas a un enfrentamiento tan importante.
Se observa una evolución positiva en el equipo, que ha ido mejorando partido tras partido y mostrando un buen rendimiento durante los 90 minutos. Aunque todavía queda trabajo por hacer en el aspecto ofensivo, pero se están viendo señales alentadoras.
Esperemos que este progreso se mantenga e incluso se fortalezca en el futuro. Siempre buscando lo mejor para San Lorenzo, y si es bajo la dirección de «El Gallego», mucho mejor, pero no a cualquier precio.